LA TOLERANCIA A LA LACTOSA DISMINUYE EN LA EDAD AVANZADA
Resumen
Los cambios físicos y fisiológicos asociados al envejecimiento condicionan el estado nutricional de los mayores. Entre ellos, la disminución de la tolerancia a la lactosa no debe comprometer la contribución del aporte nutricional de los lácteos en esta etapa.
Una alimentación adecuada es esencial para favorecer el mantenimiento
de un buen estado de salud en todas las etapas de la vida, pero cobra
especial importancia en aquellos grupos con necesidades especiales o
con un mayor riesgo de malnutrición, como las personas mayores.
En esta etapa, algunas necesidades nutricionales se ven modificadas
respecto a la edad adulta. Por ejemplo, la cantidad de energía
necesaria disminuye pero, sin embargo, aumenta la de algunos
nutrientes13. Por ejemplo, las necesidades de calcio
aumentan un 20 % a partir de los 70 años, (de 1.000 mg a 1.200 mg) así
como las de vitamina D, cuya recomendación aumenta de 15 µg diarios en
adultos a 20 µg14y15 . Por ello se debe prestar
especial atención a mantener una dieta variada y equilibrada que
cumpla los requisitos nutricionales propios de esta etapa.
Además, se producen determinados cambios físicos y fisiológicos
propios del envejecimiento que condicionan el estado nutricional.
Alguno de estos factores condicionantes son la disminución de la
capacidad de masticación, la capacidad de asimilación de nutrientes o
la pérdida de gusto y olfato, lo que provoca una disminución en el
apetito y cambios en la ingesta y aprovechamiento de alimentos. Otra
de las características asociada a la edad es una reducción de la
tolerancia a la lactosa, lo que limita el consumo de ciertos lácteos.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la posible coexistencia de
enfermedades que cursan con síntomas intestinales y dificultan los
procesos digestivos16.
Todo ello, aumenta el
riesgo de malnutrición en las personas mayores, lo que implica la
necesidad de adaptar los menús servidos en las colectividades a los
requerimientos de este grupo poblacional. En este sentido, se debe
proporcionar de forma eficaz una dieta variada y equilibrada que les
aporte los nutrientes necesarios para favorecer el mantenimiento de un
buen estado nutricional.
Además, deben contemplar las
exigencias nutricionales específicas, como la intolerancia a la
lactosa, ya que aumenta su prevalencia respecto a la población adulta.
La lactosa se encuentra en una proporción mucho menor en los
derivados lácteos como los quesos, los yogures o las leches
fermentadas, ya que esta se pierde en gran cantidad debido al proceso
de elaboración. De hecho, una ración de queso fundido (35 g) tiene 1,3
g de lactosa, cantidad tolerada por la mayoría de los individuos
sensibles a la lactosa.
Los productos lácteos son
imprescindibles en la alimentación de los mayores debido a su aporte
nutricional, entre el que destacan las proteínas y el calcio de fácil
asimilación. Por todo ello a los mayores de 70 años se les recomienda
el consumo de 3 raciones de lácteos diarias17.
Una ración de lácteos sería el equivalente a:
En este sentido, los quesos La Vaca que Ríe© conservan todas las
características nutricionales de los lácteos, incluyendo un menor
contenido en lactosa, por lo que son más fácilmente asimilables por la
mayoría de los intolerantes a esta. Asimismo, tienen una textura suave
que facilita su masticación y deglución. Por otro lado, son productos
fáciles de consumir y muy versátiles, pudiéndolos incluir en una gran
variedad de preparaciones culinarias, favoreciendo así el consumo de
lácteos en sustitución de otros ingredientes de menor densidad
nutricional o con un excesivo aporte graso.
Además, están
disponibles en formatos especiales para restauración, como por ejemplo
la tarrina de 1 kg de crema de queso fundido La Vaca que Ríe© Natural
y Fórmula Plus, que permite la elaboración de, por ejemplo, 80
sándwiches u 80 raciones de crema de verduras.
Por todo
ello, los quesos La Vaca que Ríe©, son una buena opción para incluir
en la alimentación de los mayores institucionalizados y contribuir al
aporte de nutrientes necesarios para mantener un buen estado
nutricional.
13. Moreiras O, Carbajal A, Cabrera L, Cuadrado C.
Tablas de composición de alimentos. Guía de prácticas. 17ª ed. Madrid:
Ediciones Pirámide; 2015.
14. Mataix Verdú J.
Nutrición y Alimentación Humana. Manual teórico práctico 2ª Ed.
Madrid: Ergon; 2009.
15. Moreiras O, Carbajal A,
Cabrera L, Cuadrado C. Tablas de composición de alimentos. Guía de
prácticas. 17ª ed. Madrid: Ediciones Pirámide; 2015.
16. Sociedad
Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Guía de la alimentación
saludable. Madrid: SENC; 2004.
17. Sociedad Española
de Nutrición Comunitaria (SENC). Guía de la alimentación saludable.
Madrid: SENC; 2004.
18. Moreiras O, Carbajal A,
Cabrera L, Cuadrado C. Tablas de composición de alimentos. Guía de
prácticas. 17ª ed. Madrid: Ediciones Pirámide; 2015.
19. Para
establecer la ración de lácteos en porciones o quesitos ha tenido en
cuenta el contenido en calcio de las porciones cuadradas natural de
LVQR. Para establecer la ración de lácteos en queso para untar se ha
tenido en cuenta el contenido en calcio.