EL CALCIO Y LA VITAMINA D EN LA ALIMENTACIÓN
Resumen
Tanto el calcio como la vitamina D son nutrientes esenciales y con una función determinante en la salud ósea. Un aporte adecuado de vitamina D resulta indispensable para asegurar una correcta absorción del calcio que tomamos a través de los alimentos. En este artículo te damos una serie de datos y recomendaciones necesarias para comprender las funciones principales del calcio y la vitamina D en el organismo.
El calcio es un mineral que cumple funciones básicas en la fisiología humana, constituyendo un componente esencial de huesos y dientes. Otro componente vital de la salud ósea es la vitamina D o calciferol, hormona liposoluble estrechamente relacionada con la absorción del calcio.
El calcio no solo se encarga de proporcionar la integridad estructural del esqueleto, también tiene una función crítica en diversos procesos bioquímicos implicados en la contracción muscular, transmisión nerviosa y regulación hormonal. La vitamina D también influye en un número importante de procesos fisiológicos, especialmente en relación con el sistema inmune.
Homeostasis del calcio y la vitamina D
El calcio es el mineral más abundante en el organismo, representando un 2% del peso corporal, aproximadamente 1 kg. El 99% del calcio que hay en nuestro cuerpo se encuentra en los huesos en forma de sales de fosfato de calcio, y el 1% restante en el líquido extracelular.
El tubo digestivo, el riñón y el esqueleto son los tres órganos implicados en la regulación fisiológica del metabolismo del calcio, que trabajan de forma coordinada para mantener los niveles necesarios en el organismo.
Así, la homeostasis de este mineral dependerá de la absorción y excreción de calcio en el intestino, la filtración y reabsorción en el riñón y su almacenamiento y movilización en el esqueleto. La activación de estos mecanismos es dosis dependiente, y está regulada por diferentes hormonas, entre las que destacan la paratohormona (PTH), la calcitonina (CT) y la vitamina D o calcitriol (forma activa en el organismo). Siendo este último el principal regulador de la absorción intestinal del calcio.
En cuanto a la vitamina D, ésta se puede obtener de dos maneras:
• Mediante la ingestión de alimentos ricos en esta vitamina, como la
leche y el huevo.
• A través de la transformación del
colesterol en ergosterol gracias a la exposición a los rayos solares
UV.
Tras su ingesta diaria o su síntesis en la epidermis a través de la exposición solar, los precursores de la vitamina D se convierten en su forma activa (calcitriol o 1,25-dihidroxivitamina D) tras una serie de reacciones bioquímicas.
Requerimientos de calcio y vitamina D
Tal y como se ha comentado anteriormente, el intestino, el riñón y el hueso actúan de forma coordinada a través de un complejo sistema hormonal, para mantener siempre unas concentraciones plasmáticas de calcio dentro de los rangos de funcionalidad.
Si la ingesta dietética de calcio es baja, se produce una disminución del calcio en sangre. Esta variación de los niveles de calcio, estimula la síntesis y secreción de PTH por la glándula paratiroides. Esta actúa, a su vez, estimulando la síntesis de vitamina D, para así aumentar la absorción de calcio a nivel intestinal y con ello mantener unos niveles de calcio en sangre adecuados, aunque la ingesta sea inferior a la necesaria. Por ello, no solo es necesario asegurar un buen aporte de calcio en la dieta, sino también de vitamina D.
Desde la niñez y, sobre todo, durante la adolescencia, se requieren elevadas cantidades de calcio que permitan alcanzar el máximo pico de densidad mineral ósea. Sólo si se aumenta la ingesta de calcio en la proporción adecuada se podrá almacenar en el esqueleto en cantidad suficiente para asegurar el crecimiento de todas las estructuras óseas. El mayor pico de masa ósea se alcanza a finales de la segunda década de la vida, situándose alrededor de los 25 años en la mujer.
Del mismo modo, los depósitos de vitamina D disminuyen de forma paulatina con la edad, por dos motivos fundamentales: durante la etapa adulta se suele producir una menor exposición a los rayos solares, ya que disminuye el tiempo disfrutado al aire libre; además, la síntesis cutánea de vitamina D declina de forma importante.
Calcio y Vitamina D en la dieta
El calcio se encuentra de forma natural en múltiples alimentos, como la leche y los productos lácteos, las hortalizas de hoja verde como las espinacas, las legumbres y los pescados, como el salmón o las sardinas. Sin embargo, existen muy pocos alimentos que contengan vitamina D de forma natural. Las mejores fuentes son los pescados, como el salmón, la caballa o el atún, siendo los alimentos enriquecidos la principal fuente de vitamina D.
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